viernes, 19 de febrero de 2010

CUENTOS


GOTITA DE AGUA


Este era un pobre campesino cuya única riqueza consistía en un pequeño campo sembrado de maíz. Trabajaba todo el día en él, arrancando la hierba y enderezando las matas. El campesino estaba triste porque, por falta de agua, las milpas estaban marchitas y temía que se secaran. Un día, mientras veía el cielo con tristeza, desde una buena nube dos gotas de agua lo miraron y una de ellas le dijo a la otra:

-El campesino está muy triste porque sus milpas se mueren de sed. Quiero hacerle algún bien.

-Sí - contestó la otra-, pero piensa que eres sólo una gota y no conseguirás humedecer siquiera una mata de maíz.

-Bien -replicó la primera-, aun cuando soy pequeña haré lo que pueda.

Y al decirlo se desprendió de la nube. Aún no había llegado a la tierra, cuando otra gotita dijo:

-Yo iré también.

-Y yo, y yo - gritaron muchas gotas.

A poco, miles de gotitas caían sobre las milpas en ruidoso aguacero. Las milpas, agradecidas, se enderezaron enseguida y el campesino obtuvo una cosecha abundante de maíz. Todo porque una pequeña gota de agua se decidió a hacerlo lo que podía.



Carmen Norma










Ricitos de Oro y los tres ositos



Ricitos de Oro y los tres ositos

Autor : Desconocido

Ricitos de Oro y los tres ositos

Había una vez tres osos
que vivían en el bosque:
Papá oso, mamá osa
y el pequeño osito.

Un día Ricitos de Oro se perdió
en el bosque y descubrió
la casa donde vivían los tres osos.

Cuando los osos no estaban,
Ricitos de Oro entró a la casa

Ricitos de Oro probó la sopa
del plato grande.
-¡Ay! -gritó-. Esta sopa
está muy caliente.
Ricitos de Oro probó la sopa
del palto mediano.
-¡Brrr! Está sopa esta helada.
Ricitos de Oro probó la sopa
del plato pequeño.
-¡Mmm! Esta sopa está deliciosa.
Y se la comió toda.

Después de comer, Ricitos de Oro
quiso dormir un poco.
Se acostó en la cama grande y dijo:
-¡Está durisima!
Entonces se acostó en la cama
mediana y dijo:
-¡Está muy blanda!
Por último, se acostó
en la cama pequeña.
Era tan cómoda
que se quedó dormida.

Los osos regresaron a su casa.
Papá oso dijo:
-¡Alguien ha probado mi sopa!
Mamá osa dijo:
-¡Alguien ha probado mi sopa también!
El osito dijo:
-¡Alguien se ha comido toda mi sopa!

Los tres osos, tristes y hambrientos,
decidieron irse a la cama.
Papá oso dijo: -¡Alguien ha dormido en mi cama!
Mamá osa dijo: -¡Alguien ha dormido
En mi cama también!
El osito gritó: -¡Alguien está
durmiendo en mi cama!

Ricitos de Oro despertó.
Al ver a los osos saltó de la cama
y salió corriendo sin parar.

Fin.

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